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Mostrando las entradas de julio, 2017

XVII Domingo Ordinario

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XVII Domingo Ordinario Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. Aleluya, aleluya.                    Cfr Mt 11, 25 En el evangelio de hoy, según San Mateo, Jesús cuenta tres ejemplos de cómo se parece el Reino de los cielos: un tesoro, una perla muy valiosa y muchos pescados buenos y como, en los primeros dos como se sienten las personas que los encuentran. Creo que podemos presumir que los pescadores también sintieron gran alegría en tomar tantos pescados del mar. Jesús les pregunta a la gente si han entendido todo lo que ha dicho, y contestan que sí. ¿Han entendido todo esto? El reino de los cielos vale más que todo. ¿Has buscado el Reino de los cielos? ¿Has encontrado el Reino de los cielos? ¿Has “ vendido” todo para conseguir el Reino de los cielos?                               https://diaconoluisbreatorrens.blogspot.com/2014/07/mateo-1344-52-jesus-es-el-tesoro

XVI Domingo Ordinario

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XVI Domingo Ordinario Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. Aleluya, aleluya                      Cfr Mt 11, 25 En el evangelio de hoy, según San Mateo, Jesús nos cuenta tres parábolas: La cosecha que fue saboteada por los enemigos del dueño , la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto y  la levadura que con la harina fermenta toda la masa.  Jesús explica la primera pero no las otras dos. Las otras dos son similares en su explicación. Como discípulos de Jesús, podemos ser la semilla de mostaza o la levadura contando a otros como es el reino de Dios. Aunque nos pensamos solo una voz entre muchas, estamos apoyados por la palabra y  la seguranza que Dios  está con nosotros y ve todo. ¿Cómo puedes actuar como la semilla de mostaza o la levadura en tu familia, tu trabajo o tu comunidad?                      http://rianchab.blogspot.com/2014/07/justicia-

XV Domingo Ordinario

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XV Domingo Ordinario   Aleluya, aleluya. La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.   Aleluya, aleluya. En el evangelio de hoy, según San Mateo, escuchamos la parábola del sembrador y su significación: “Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino. Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto. En cambio, lo sembrado en tierra bue

XIV Domingo Ordinario

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XIV Domingo Ordinario Aleluya, aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. Aleluya, aleluya.           Cfr Mt 11, 25 En el evangelio de San Mateo, oímos lo siguiente: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera''. Jesús nos promete ayudar con nuestra carga, tomando Su yugo y aprendiendo de Él. Reflexionando en las escrituras nos apoya y ensena como podemos ser mansos y humildes de corazón. ¿Cuánto tiempo tomas en reflexionar sobre las escrituras? ¿Cómo vez tus pensamientos y acciones cambiar?                               https://thesophiacenterforspirituality.wordpress.com/tag/yoke/

XIII Domingo Ordinario

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XIII Domingo Ordinario Aleluya, aleluya. Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya, aleluya.                 1 Pedro 2, 9 Al leer este evangelio, mis ojos se llenaron de lágrimas. Me hizo recordar un evento que paso cuando ere muy joven. Mi padre era panadero y nuestra familia trabajaba la panadería en Los Ángeles, CA. Un día entro un joven como de 15 años pidiendo trabajo en cambio para pan. Era uno de esos jóvenes de la calle, no pandillero sino un de los perdidos. Yo le dije a mi padre lo que quería el muchacho. Mi padre tomo una bolsa y comenzó llenándola con pan y se lo dio al joven. El joven quiso decirle que el quería trabajar por el pan pero mi padre dijo que no, que todo estaba bien. Yo, un poco enfadada porque yo estaba trabajando, le pregunte a mi padre por que le dio el pan. Él me vio con ojos claros y con amor y me dijo: