Segundo Domingo de Pascua
Segundo
Domingo de Pascua
Aleluya, aleluya.Tomás, tú
crees porque me has visto;dichosos
los que
creen sin haberme visto, dice el Señor. Aleluya, aleluya.
Jesús se les aparece a los discípulos después
de su resurrección, pero Tomás no está con ellos. ¿Por qué no? Es interesante reflexionar
sobre esta situación. Jesús, que sabe todo, sabe muy bien que Tomás no está con
los otros. Pero apareciendo cuando no está
me hace pensar que Tomás no
les tenía mucha confianza a los otros discípulos
porque no les cree a ninguno de los diez que han visto a Jesús resucitado. Es
una cosa si una persona te dice algo o dos o tres, pero diez ahora hay razón para
creer. Pero Tomás hace su declaración: “No creeré sin poner mis dedos en sus
manos y mi mano en su lado.” Cuando Jesús se les aparece otra vez, Tomás está
con ellos. Al ver a Jesús, Tomás cree, y yo supongo que no tuvo que hace lo que
había dicho porque las escrituras no dicen que lo hizo.
¿Cuántas veces
hemos visto a Jesús sin conocerlo?
Cuando vemos a los pobres, los sin hogar, los
sin comer, los que pasamos en la calle sin saludar o pasamos en nuestras casas,
trabajos o iglesias sin saludar ni hablar, estos son Jesús. Tenemos que estar despiertos y abrazarnos a quien
quiera Dios pone en nuestro camino. No es fácil ni nos atrae muchas veces, pero aquí
encontraremos nuestro Dios.
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