XI Domingo Ordinario

XI Domingo Ordinario

El salmo responsorial (Salmo 31, 1-2. 5. 7. 11) de hoy es unos de los más bonitos del libro de Salmos en la Biblia. Se necesita leer con ojos y corazones abiertos porque Dios nos llama a estar con Él, reconociendo que tenemos faltas y pidiendo el perdón en una manera sincera (con intento de no repetir los pecados). Así podemos llegar a Su presencia cuando dejamos esta tierra.  

R. (cf. 5c) Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto
de su culpa y su pecado.
Dichoso aquel en el que Dios no encuentra 
ni delito ni engaño. 


Ante el Señor reconocí mi culpa, 
no oculté mi pecado. 
Te confesé, Señor, mi gran delito
y tú me has perdonado.


Por eso, en el momento de la angustia, 
que todo fiel te invoque,
y no alcanzarán las grandes aguas,
aunque éstas se desborden.


Alégrense con el Señor y regocíjense
los justos todos,
y todos los hombres de corazón sincero
canten de gozo.

R. Perdona, Señor, nuestros pecados.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

V Domingo de Cuaresma Lecturas para Año C

Solemnidad de la Ascensión del Señor

IV Domingo de Cuaresma Lecturas para Año C