XXIII Domingo Ordinario


XXIII Domingo Ordinario
Sal 118, 135
Aleluya, aleluya. Señor, mira benignamente a tus siervos
y enséñanos a cumplir tus mandamientos.  
Aleluya, aleluya.

Hoy, según el evangelio de San Lucas, Jesús nos dice lo siguiente: « Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo"».

Para ser discípulo verdadero de Jesús  se requiere renunciar todas personas y todas cosas que nos quitan de Jesús. El que dice que es discípulo de Jesús pero esta enlazado con cosas o personas que no los traen a Jesús es mentiroso.

Tenemos que hacer una búsqueda sincera de las cosas y personas que tienen un lugar de valor en nuestra vida y luego deshacernos de lo que no nos trae a Jesús. Quizás  será difícil pero sabemos que vale la pena.




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