II Domingo de Adviento
II Domingo de Adviento
Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos,
y todos los hombres verán al Salvador.
Aleluya,
aleluya. Lc 3, 4. 6
El bautismo de Juan es un bautismo de arrepentimiento
de pecados. Los judíos habían utilizado el bautismo en el ritual de la purificación
en las ceremonias de prosélitos gentiles. Juan con su bautismo estaba indicando
que todos necesitaban el bautismo. Y más, que Él que venía, iba bautizar en el Espíritu
Santo y su fuego.
Sabemos que Juan estaba lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su
madre por Jesucristo del vientre de su madre, María. El Espíritu prepara a Juan
para su misión como el precursor del mesías, Jesús Cristo.
El bautismo en Jesús Cristo con agua y el Espíritu resulta en un nuevo nacimiento y la entrada en el
Reino de Dios como sus hijos amados.
Si estas bautizado, ¿Cómo dejas a otros saber de lo
que Jesús te ha
dado? O ¿Cómo saben otros que estas bautizado con el Espíritu
por Jesús?
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