La Sagrada Familia
La Sagrada Familia
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras
habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas.
Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras
habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas.
Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
Aleluya, aleluya.
En el
evangelio de hoy, según san Lucas, tenemos la historia de la presentación del santo
niño Jesús al Señor en Jerusalén de acuerdo con la ley, también ofreciendo un
par de tórtolas o dos palomas. También hay dos otras personas allí: Simeón y Ana, profetas movidos por el Espíritu a ir
al templo donde ven el Mesías en forma de bebe. Simeón declara que el niño será
la luz que alumbra a las naciones y José y María se quedan admirados por sus
palabras. Luego Simeón le dice a María que su hijo va provocar contradicción para
que todos los pensamientos de todos los corazones se descubran. Su corazón (el corazón
de María) también sufrirá una espada en su alma.
Aunque sabemos los cuentos navideños
muy bien, necesitamos sentarnos y reflexionar sobre las palabras: ¿Por qué fueron
Simeón y Ana mencionados? Poniéndonos en el lugar de los padres, ¿Cuáles son
mis sentimientos? ¿Cómo cambiará como viven? ¿Cómo se siente José? ¿Cómo se
siente María?
“Y cuando
cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a
su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de
sabiduría y la gracia de Dios estaba con él.”
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