XXVI Domingo ordinario


XXVI Domingo ordinario

Los mandamientos del Señor alegran el corazón.
Presérvame, Señor, de la soberbia,
no dejes que el orgullo me domine;
así, del gran pecado
tu servidor podrá encontrarse libre.
Los mandamientos del Señor alegran el corazón.   Salmo 18

En el Evangelio del próximo domingo, según san Marcos, Jesús nos explica varias cosas.

Primero, que la persona que haga milagros no puede ser contra de Él. Cuando Juan le dijo a Jesús que alguien esta expulsando demonios, pero no era uno de sus compañeros y se lo prohibieron, Jesús lo corrige que él que puede hacer esto no está contra de Dios.

Segundo, todos los que hacen bien a otros por el hecho de que son de Cristo no se quedaran sin recompensa. En esto podemos referirnos a las obras de misericordia corporales. Aquí encontramos lo podemos hacer para otros y también como podemos reconocer los que están trabajado para Jesucristo.

En fin, Jesús, usando metáforas para que los discípulos puedan comprender, habla de cosas muy cercas de nuestro corazón que no queremos perder, por eso necesitamos prestar mucha atención a lo que hacemos y la razón de nuestras acciones.

Presta atención hoy en como Dios te da oportunidades de vivir como Él. ¿Cómo puedes ayudar a otros?
Si pudieras dedicarte a servir en algo o a alguien, ¿Qué fuera? ¿Qué te está parando?
Reflexión en si eras la causa de pecado para otros, dirigiéndolos lejos de Dios.

Obras de misericordia corporales:
1) Visitar a los enfermos
2) Dar de comer al hambriento
3) Dar de beber al sediento
4) Dar posada al peregrino
5) Vestir al desnudo
6) Visitar a los presos
7) Enterrar a los difuntos
                                                   

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