IV Domingo de Cuaresma (Año C)
IV Domingo de Cuaresma (Año C)
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Confía en el Señor y saltarás de gusto,
jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Salmo 33
Confía en el Señor y saltarás de gusto,
jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Salmo 33
En el Santo Evangelio, según san Lucas, para el próximo domingo oímos el
cuento de Jesús sobre el hijo pródigo. Todos sabemos el cuento: un hijo le pide
su herencia monetaria de su padre, se va el hijo y malgasta su dinero. Se arrepiente
pensando en la casa de su padre y vuelve. El padre, lo ve de lejos y corre a recibirlo
y mande que preparen una fiesta. El hijo mayor que siempre ha hecho lo que ha
querido el padre se siente resentido.
Así que terminamos con una historia en la que una
persona desea desesperadamente el perdón; un segundo quiere darlo libremente; y
una tercera envidia el fácil perdón que obtiene el hermano indigno. Pero ahí
está la lucha que se desarrolla diariamente en nuestras vidas.
¿A cuál de los personajes de la historia puedes asociarte? ¿Quizás más
que uno? Si asocias con el hijo menor, ¿qué necesitarías para regresar a tu
ciudad natal y enfrentarte a tu comunidad, a tu hermano mayor y a tu padre? Si
asocias con el hermano mayor, ¿qué pasa por tu mente a medida que te acercas a
la casa después de un día completo de trabajo y escuchas los sonidos de la
música y el baile? Si asocias con el padre, ¿cómo expresas tus sentimientos?
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