II Domingo de Pascua (Domingo de la Divina Misericordia)
II Domingo de Pascua (Domingo de Misericordia Divina)
La misericordia del Señor es eterna.
Aleluya.
La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente.
Este es el día de triunfo del Señor:
día de júbilo y de gozo.
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. Salmo 117
La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente.
Este es el día de triunfo del Señor:
día de júbilo y de gozo.
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. Salmo 117
En el Santo Evangelio del próximo domingo, según san Juan escuchamos
cuando Jesús les apareció a los discípulos en una casa con las puertas
cerradas. San Tomás no estaba allí, y cuando los otros le contaron que habían visto
a Jesús, no les creía: “Pero él les contestó: ‘Si no veo en sus manos la señal
de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi
mano en su costado, no creeré’. Después de una semana, se encontraron en otro
cuarto con las puertas cerradas, pero Tomás estaba con ellos. Jesús llega y otra
vez les ofrece la paz, Tomás cree y Jesús nombra dichosos los que creen sin
haber visto.
Se puede
comprender la duda de san Tomás, pero al mismo tiempo tenía el testigo de diez
de sus compañeros para creer. Cuando dudamos a algo o alguien, ¿qué hacemos para
saber la verdad? Si fueras Tomás, ¿cómo reaccionaras?
Este domingo también
celebramos la Divina Misericordia de Dios. Hoy, pasaremos tiempo en contemplar
como Dios nos muestra su misericordia y como nosotros la mostramos a otros.
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