IV Domingo Ordinario

 

IV Domingo Ordinario




Señor, tú eres mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza;
desde mi juventud en ti conf
ío.
Desde que estaba en el seno de mi madre,
yo me apoyaba en ti y t
ú me sostenías.
Señor, tú eres mi esperanza.
Yo proclamaré siempre tu justicia
y a todas horas, tu misericordia.
Me ense
ñaste a alabarte desde niño
y seguir alab
ándote es mi orgullo. 
Señor, tú eres mi esperanza.                de Salmo 70


Santo Evangelio: Lc 4, 21-30


En la lectura del evangelio para este próximo domingo, Jesús va a su propio pueblo y se revela como el Mesías prometido, pero lo rechazan; así que el mensaje del evangelio va a los gentiles. La historia nos muestra algunas razones por las que las personas religiosas a menudo rechazan a Jesucristo. Al principio, el pueblo de Nazaret se enorgullece de que uno de los suyos haya alcanzado algún renombre. Lo escuchan predicar pero cuando Jesús empieza a hablar de la viuda y Naamán, ambos gentiles, y de cómo Dios los trató, se enfadan porque en su pensamiento el Mesías sólo venía a salvar al pueblo Elegido, en otras palabras ellos. Jesús está diciendo que ha venido por todos.

¿Hay momentos en que miras a los demás y te encuentras juzgándolos porque no piensan o creen de la misma manera que tú? ¿Te das cuenta de que tienes una visión estrecha de Dios, como que Él solo puede hacer las cosas de una manera? ¿Cómo puedes aumentar tu visión de Dios para que incluya a otros?




imagen de: https://www.evangelizafuerte.mx/2016/01/evangelio-san-lucas-421-30-domingo-31-de-enero-de-2016/

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