El Primer Domingo de Cuaresma
Misericordia,
Señor, hemos pecado.
Crea en mí, Señor, un corazón puro,
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.
Misericordia, Señor, hemos pecado. Salmo 50
un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti,
ni retires de mí tu santo espíritu.
Misericordia, Señor, hemos pecado. Salmo 50
El
Evangelio del domingo próximo: Mateo 4, 1-11 Las Tentaciones de Jesús
Frase
clave: “En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para
ser tentado por el demonio.”
Sabemos que las tentaciones de Jesús son tentaciones que todos tenemos a lo largo de nuestra vida y a las que no
debemos sucumbir porque nos apartamos del camino de Dios.
Jesús superó todas las tentaciones que
el diablo le puso porque estuvo atento a la voz del Padre. No antepuso su
individualismo, ni su vanagloria. En todo momento pensó en el Reino de Dios
como proyecto de paz y justicia para todos.
También nosotros tenemos la herramienta
necesaria para atravesar el desierto: La Palabra de Dios.
Hemos
comenzado la Cuaresma. A veces dejamos de comer dulce o algo como sacrificio. ¿Qué
vas a sacrificar? ¿Tiempo para ayudarle a alguien? ¿Tiempo para reza? ¿Tiempo a
trabajar para justicia o paz? Dando dinero es necesario y el tiempo dado demanda
una relación entre ti y los que ayudas. ¿Cuál vas a escoger?
Imagen: http://combonipca.org/?p=1880
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