IV Domingo Ordinario
IV Domingo Ordinario Señor, tú eres mi esperanza. Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. Señor, tú eres mi esperanza. Salmo 90 En el Evangelio del próximo domingo, según san Lucas, oímos uno de los versos del pasado domingo del libro de Isaías: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Jesús está en Nazaret donde se crio. La gente lo conoce de su vida cotidiana y aunque aprueban y admiran la sabiduría de Jesús, se preguntan: “¿No es éste el hijo de José?” Lo conocen y por esta razón dudan en Él. Jesús les propone dos ejemplos de los profetas Elías y Eliseo ayudando a los extranjeros. La...