Bienvenidos a una conversación con una Hermana Franciscana

                 XVIII Domingo ordinario El Señor les dio pan del cielo. A las nubes mandó desde lo alto que abrieran las compuertas de los cielos;  hizo llover maná sobre su pueblo, trigo celeste envió como alimento.  El Señor les dio pan del cielo.              Del Salmo 77 Jesús es el pan de vida. En el evangelio de este domingo que viene, escuchamos a la gente pidiendo una señal de Jesús que demuestre que Él es quien dice ser. Mencionan cómo Moisés les dio a sus antepasados pan del cielo. Jesús explica que el pan vino de Dios, no de Moisés. Jesús también declaró: "Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que cree en mí, nunca tendrá sed ..." ¿Cómo ves a Jesús alimentando al hambriento y dando de beber al sediento este día?  ¿Qué tipo de alimentaci ón  buscas diariamente? ¿Cómo respondes a las necesidades de las personas que te rodean?  ¿Cuáles son algunas de las formas en que practicas escuchar el llamado de Dios?  ¿Qué estás llamado a hacer? I

              XVII Domingo Ordinario Bendeciré al Señor eternamente. Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras.  No está lejos de aquellos que lo buscan;  muy cerca está el Señor de quien lo invoca.  B endeciré al Señor eternamente.                                                                Del Salmo 144 En el Evangelio de san Juan (Jn 1: 1-15) encontramos a  Jesús multiplica panes y pescados para saciar el hambre de la gente. ¡Este milagro / señal produce 12 cestas de sobras! Antes de la señal / milagro real, los discípulos están preocupados y bastante exasperados por el número de personas y la pequeña ofrenda del niño de 5 peces y 2 panes. Su preocupación no hizo nada para mejorar la situación. La simple ofrenda del  niño sí,  lo hizo. Jesús usó la ofrenda para cosas mayores. ¿Cómo puedo ofrecerle algo sencillo a Dios? ¿Me preocupo demasiado por las cosas que me hacen no poder actuar con fe?  Constantemente se nos recuerda todo lo que está

                 XVI Domingo Ordinario El Señor es mi pastor, nada me faltará. El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce  para reparar mis fuerzas. R.  El Señor es mi pastor, nada me faltará.                Del Salmo 22 De esta enseñanza para el próximo domingo, podemos ver cuán compasivo es nuestro Señor Jesucristo hacia la gente. Este pasaje viene después del que envió a sus apóstoles para enseñar y sanar. Han vuelto informando cómo ha ido su trabajo. Él los cuida diciéndoles que deben descansar e ir a un lugar tranquilo. Sin embargo, la gente se entera de lo que está pasando y todavía quiere más, así que los sigue. En lugar de enojarse o alborotarse, el Señor se compadece y comienza a enseñarles. ¿Con qué frecuencia, después de un largo día de trabajo, has podido mostrar compasión a tu familia, amigos o compañeros de trabajo cuando te piden más? Jesús sabe que necesitamos descansar para poder seguir con tus hech

               XV Domingo Ordinario Muéstranos, Señor, tu misericordia.       L a misericordia y la verdad se encontraran   la justicia y la paz se besaron,  la fidelidad brotó en la tierra  y  la justicia vino del cielo.  Muéstranos, Señor, tu misericordia.                                                                                                                                        Del Salmo 84 Santo Evangelio:  Mc 6,7-13 La misión de los discípulos Después del viaje a Nazaret (un recordatorio que escuchamos esto el domingo pasado), Jesús lleva el llamado de los Discípulos a un nuevo nivel al enviarlos a enseñar y ministrar en Su nombre. Jesús tiene instrucciones muy detalladas para ellos:       Los Doce son enviados como representantes de Jesús (6: 7);       Los Doce son enviados con el poder y la autoridad            de Jesús (6: 7);       Los Doce son enviados completamente dependientes de la           provisión de Dios (6: 8-10)  y       Los Doce son enviados sabiendo que

               XIV Domingo Ordinario Ten piedad de nosotros, ten piedad. En ti, Señor, que habitas en lo alto,  fijos los ojos tengo,  como fijan sus ojos en la manos  de su señor, los siervos.    Ten piedad de nosotros, ten piedad.                              Salmo 122 Santo Evangelio : Marcos 6:1-6 La lectura del Evangelio para el domingo, comienza cuando Jesús y sus discípulos regresan a casa, a su lugar natal. El sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos los que escucharon a Jesús quedaron asombrados. Quedaron desconcertados por el poder de Su enseñanza, así como por el poder de Su presencia. Este era Jesús, un hombre al que conocían muy bien. Era un hombre que había crecido entre ellos. ¿Cómo llegó Jesús a tener tanto conocimiento y a ser un orador tan poderoso? Era hijo de un carpintero, no de un rabino. Mucha gente en su ciudad natal descartó a Jesús y su mensaje. Se negaron a escucharle. Después de todo, ¿quién pensaba Jesús que era para predicar a las persona