XXXI Domingo Ordinario
XXXI
Domingo Ordinario
R. Bendeciré al Señor eternamente.
Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré
tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
R. Bendeciré al Señor eternamente. Salmo 144, 1-2.
Zaqueo era pecador según la gente piadosa y Jesús responde a Zaqueo como a mucho “pecadores”. ¡Le habla y se invita a comer a la casa de Zaqueo! Jesús trae la salvación a todos y Zaqueo quiere que Jesús sepa que él reconoce que tiene la oportunidad a tener una relación buena con Dios. Dice que va a dar mitad de sus bienes a los pobres y si ha defraudado a alguien le dará 4 veces más de lo que tomo. Al contrario de varios de los hombres ricos pero piadosos que hemos encontrado anteriormente en este evangelio. Los que buscan a Dios lo encuentran y dan todo para seguir a Jesús.
Comentarios
Publicar un comentario