XIV Domingo Ordinario


XIV Domingo Ordinario

Ten piedad de nosotros, ten piedad.
En ti, Señor, que habitas en lo alto, fijos los ojos tengo, como fijan sus ojos
en la manos de su señor, los siervos.
Ten piedad de nosotros, ten piedad        Psalmo 128

En el evangelio de hoy, según san Marcos, oímos la gente de su propio pueblo rechazar a Jesús por sus enseñanzas. Y por eso no pudo hacer los milagros que había hecho en otros pueblos. Usan frases como “hijo de María” que es un comentario despectivo refiriéndose a la pregunta de quién era el padre de Jesús. Y también como su “padre” era carpintero y no escriba u hombre de la clase de religiosos como podía representarse como uno. Estaban asombrados y sin fe en Jesús, un hijo del pueblo. Conocían su familia, cuando era jóvenes jugaban con Jesús, trabajaban a su lado y asistían a la sinagoga con Él. Pero esta muestra de sabiduría y conocimiento era demasiado para ellos y lo rechazan.

Es muy triste ser rechazado por los que te deben conocer mejor pero hay tiempos  donde nos hemos encontrado en una situación similar como la de Jesús. Nuestras experiencias en el trabajo, nuestra educación o nuestra vida a veces no cuentan en los ojos de otros. Jesús estaba sorprendido en la falta de fe.

¿Hay tiempos donde la falta de fe de otros en tus habilidades o talentos, han sido la causa de no poder hacer todo lo posible para otros? ¿Cómo crees que se sintió Jesús? ¿Es difícil respetar a un pariente, hermano/a o amigo cuando hablan de Dios? ¿Por qué? ¿Qué necesitas hacer para ver la cara de Dios en otros?

       http://sangarciaabad-alg.blogspot.com/2013/02/nadie-es-profeta-en-su-tierra-evangelio.html


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